Para mi, el invierno es hermoso, me encanta. La lluvia, que es como un llanto que purifica y limpia todo. Amo la lluvia de noche, tocando su melancólica canción en mi techo. Me gustan las nubes y hasta el frío.
Cuando llego a mi casa en la tarde, al entrar en mi calle y me golpea un viento frío en la cara, no me estremezco, sino que lo inhalo profundamente con los ojos cerrados y me imagino en el sur, me hace sentir alegre y me doy cuenta que estoy sonriendo; sí, el viento es lo que más me gusta.
Cuando en invierno amanece despejado y voy mirando por la ventana del metro la cordillera, me siento afortunada de vivir tan cerca de algo tan hermoso como lo son las montañas nevadas, se ven preciosas, tan grandes, tan imponentes, sobre todo una mañana despejada después de una lluvia, con el aire limpio y fresco y ese sol agradable que no quema, solo toca la piel con una tibia caricia.