domingo, 28 de febrero de 2010

Fuego Secreto

Su presencia la rodeaba, mirarlo sería su perdición.
-Quiero que te vayas, Dimitri.
-Y yo quiero quedarme.
El toque de las manos de él, suave como un susurro,
impidió a Katherine responder. Las manos de él
se movieron lentamente sobre la piel desnuda
de los hombros de ella y rodearon la delgada
columna de su cuello. Sus dedos le apoyaron la
cabeza en su hombro.
-Te necesito, Katia -susurró apasionadamente,
poco antes de que su boca capturara la de ella.
Katherine no pudo protestar contra el beso.
Se dió la vuelta para recibirlo mejor.
Como la miel, como un dulce, dulce vino...
Tan pronto como la mujer acercó su delgado cuerpo
al suyo, Dimitri dió rienda suelta a su pasión,
con sus sentidos exaltados como nunca,
el triunfo remontándose en su sangre...

Johanna Lindsey