domingo, 27 de septiembre de 2009

RIP

Hoy es una noche horrible. Tengo que levantarme, pero los párpados me pesan
y la cabeza me da vueltas. Eso me pasa por atiborrarme anoche.
Tengo que despertar a Lucien. Estará deseando salir a buscar más comida. Pero
no. Que se espere, primero tengo que coger las bolsas de sangre que robamos
del hospital y hacerle un buen desayuno a Ariel. Ella se lo merece. Anoche nos
dejó atiborrarnos a los demás, mientras ella sólo miraba. Apenas tomó un poco
de nada, para no quedar extenuada, pero eso no le llega.
Sí, primero Ariel, luego Lucien, después el resto. Todos tenemos que comer
algo, si no, acabaremos hechos unos esqueletos andantes. Últimamente escasea
la comida, cada vez es más difícil. No ayuda que sea el único que se preocupa
de despertarlos a todos, si por ellos fuera los encontrarían un día totalmente
secos. Deberían poner algo más de su parte.
Aunque no puedo decir nada contra Razmanael.
Él nos buscó la comida anoche. Tuvo que ir muy lejos para encontrar alguien
apropiado. Hoy en día hay que tener cuidado con lo que te comes. Con tanto
drogadicto, cuando te das cuenta tienes un colocón terrible y no puedes ni
llegar a casa.
Creo que la que me comí ayer tenía mucho alcohol. Maldita sea.
Ya nada es como era, antes la comida no estaba atiborrada de alcohol, al menos
si eran hembras.
Voy a tomar un poco de esto yo también, a Ariel no le importará, nunca le
importa. Aunque en realidad es la más voraz, pero Razmanael siempre le
guarda algo para ella. Al fin y al cabo, es algo así como su amor secreto. Si ella
pasara de Lucien y se fuera con él creo que sería mejor para todos. Así no habría
problemas. Si Ariel se decidiera...
...
...
...
Mmmmm... qué bien sienta tomarse un batido recién levantado... bueno, voy a
llevarle el resto a Ariel.
...
¿Qué?¿Ya se lo llevas tú? Muy bien
...
12
Pobre Raz, espero que ella se de cuenta de lo que vale. Antes todas las mujeres
se peleaban por él, pero desde que conoció a Ariel... ha estado loco por ella, creo
que sería capaz de tomarse un guiso de ajos por Ariel sin que tuviéramos ni que
convencerlo. Por ella se unió a nosotros...
No tiene sentido preocuparse de eso. Voy a despertarlos, la luna está a punto de
salir y a Lucien le gusta salir con Ariel a la luz de la luna... Es un teatrero...
Galiel y Malina, despertad, ya es hora
...
No lo sé. Raz fue ayer, no sé quién irá hoy
...
Claro, ella es la más antigua del grupo, ella decidirá
Ariel es la que formó el grupo. Ella es como una diosa para nosotros y nosotros
somos como sus hijos, por eso siempre nos deja alimentarnos sin problemas
mientras mira, aunque todos daríamos nuestra existencia por ella.
Jalón y Lainae, despertad
Malgor y Ariana, despertad
Nagorian y Violet, despertad
Tatiana, amor mío, despierta
Hay que salir a comer
Ariel ha dicho que esta noche Lainae irá a buscar comida en el sur, Malgor en el
norte, Violet en el oeste y ella en el este. El resto esperaremos en el robledal a
que lleguen.
Vamos.
Arriba todos.
Es una nueva noche hoy... y los vampiros no descansamos ninguna. Vida
eterna.
Tranquilo, no te dolerá, sólo te sentirás como si te durmieras...
...!!!
¿Por qué gritas? No sirve de nada. Hoy eres mi comida...
Requiescam in pace...

Iria Tuñas Pernas

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El Lepidopmac

Cientos de parejas aguardan su turno. Da gusto verlas porque no son comunes. Es evidente que se aman. Y no porque vayan de la mano o se miren con ternura, sino porque sería absurdo estar de pie tantas horas si no portasen las pruebas que lo acreditan. El letrero, donde inicia la fila, anuncia: “Pagamos 20 gramos de oro por mariposa”.
Se sabe que el método es indoloro y que cada estómago enamorado alberga entre 10 y 15 especímenes. Además, el intervenido puede generar nuevas mariposas al cabo de una semana. Sin embargo, existe un inconveniente. Con frecuencia, sólo uno de la pareja las porta, demostrándose que no es correspondido. El drama es inevitable.
Los detractores del doctor Lorca, inventor del Lepidopmac (aparato para cazarlas), lo tildan de “anti-romántico”. Unos, por ponerle precio a los sentimientos más nobles. Otros, por llevar al abismo a tantas parejas correctamente constituidas. Ni los oye. No hay tiempo. Su amada aguarda la sentencia. Cuando el número de mariposas iguale al de personas, Lorca las soltará. Confía en que nadie querrá sostener un fusil.

Rafael R. Valcárcel